Cómo determinar la vida útil de un activo

Los activos contables, son todos aquellos bienes, derechos u otros recursos controlados económicamente por la empresa, de los cuales se espera que la empresa obtenga beneficios o rendimientos económicos para el futuro.

Para definirlo de forma sencilla, un activo es un bien que la empresa posee y que pueden convertirse en dinero u otros medios líquidos.

La característica esencial que define a un activo es la capacidad de poder convertirse en rendimientos económicos. Los activos deben reconocerse en el balance contable cuando sea probable la obtención de rendimientos económicos para la empresa en el futuro.

Contablemente, el conjunto de bienes y derechos componen el activo, mientras que las obligaciones conforman el pasivo.

¿A qué llamamos vida útil de un activo?

En primer término, se debe diferenciar “vida útil” de “longevidad”.

La vida útil corresponde al periodo de tiempo en el que se espera que el activo alcance su máximo rendimiento. Sin embargo, es posible que siga funcionando incluso después de este período.

Existen ciertos factores que debemos considerar en un activo: el desgaste por el uso; los posibles cambios en la demanda de los bienes y servicios; la incidencia de factores naturales
como también, que el activo quede obsoleto.

¿Cómo se calcula la vida útil de un activo?

Para determinar la vida útil de un activo se debe considerar el período de tiempo en el que puede generar beneficios económicos.

La expectativa de vida del activo puede determinarse por experiencias previas, o comparando con otras empresas, o por el tiempo de vida recomendado por el fabricante.

Poder determinar la vida útil de un activo es fundamental, ya que, para efectos financieros, se debe reconocer el gasto contable que representa el uso de los bienes, dado que un cálculo incorrecto puede desbalancear todos los informes contables.

Métodos de depreciación

El método de cálculo habitual que se suele emplear para saber el grado anual de depreciación es el de método lineal.

En él se considera un cargo constante a lo largo de la vida útil del activo, siempre que su valor residual no se vea afectado.

Tanto la vida útil como la depreciación, se deben revisar periódicamente. De esta manera se pueden asegurar que sean consistentes con los beneficios económicos previstos a futuro.

Conocer mejor el ciclo de vida de los activos, así como sus diferentes fases, tiene múltiples ventajas:

• poder planificar mejor el mantenimiento de equipos;
• preparar estrategias adecuadas;
• identificar las tendencias para poder adquirir nuevos equipos;
• invertir inteligentemente;
• asegurar los estándares de calidad, higiene y seguridad de la empresa.

Este contenido se ha elaborado únicamente con fines informativos.